El telégrafo

Imagen de un telégrafo eléctrico.

Imagen de un telégrafo eléctrico.

El origen del telégrafo se remonta a finales del siglo XVIII. Claude Chappe inventó en 1794 un sistema de comunicación por el cual se emitía una señal visual que, a su vez, se podía repetir en la distancia. Era lo que conocemos como el telégrafo óptico. Desde una estación central se transmitía un mensaje a través de este utensilio. Dicho mensaje se recibía en un segundo telégrafo, el cual se encontraba alejado del primero, para luego repetir la señal recibida. Sin embargo, este era un sistema muy rudimentario y sólo era útil en distancias que el ojo era capaz de abarcar.

Cuadro pintado por Samuel Morse con el título "Gallery of the Louvre"

Cuadro pintado por Samuel Morse con el título «Gallery of the Louvre».

Bajo esta idea, Samuel Morse ideó el telégrafo eléctrico. De origen estadounidense, Morse aprovechó las ideas sobre electromagnetismo de Michael Faraday, así como las innovaciones de William Sturgeon y Joseph Henry sobre el electroimán para revolucionar por completo el mundo de las comunicaciones. En 1833 Morse realizó la primera demostración sobre cómo transmitir mensajes de textos codificados (bajo el código morse) entre dos puntos distantes entre sí. El sistema ideado por Morse no necesitaba señales ópticas, sino que la comunicación se realizaba a través de alambres o hilos.

El código morse se basa en la combinación de puntos y rayas. 

El código morse se basa en la combinación de puntos y rayas.

El telégrafo evolucionó gracias al descubrimiento en 1888 de las ondas hertzianas, capaces de transportar el sonido. Así fue cómo se dio paso a la telegrafía sin hilos (TSH), sistema de transmisión en el que no hacía falta un medio físico que trasladase las señales y que es el origen de la actual radio.

Samuel Morse

Samuel Morse.

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